A Pedro Moreno
Bebía cebadas celestes
acompañado de guitarras sin cuerdas,
cantaba con los colibríes,
silencios apalabrados...
Bebía cebadas celestes
en páramos y esteros.
Huayras, apus y mariposas eran sus panas,
y un caimán de color violeta.
Bebía cebadas celestes
en umbrales y zaguanes,
sus musas eran las señoritas putas,
y un montón de gays poetastros, su acolite.
Peter Black lo llamábamos los faunos,
los contertulios de sus cebadas celestes.
Bailaba jazz, bomba y rock and roll.
¡Nunca quiso publicar sus poemas!
Que eran instintos de muerte
sus silencios apalabrados,
sus cebadas celestes,
concluyeron los loqueros,
y por eso lo asesinaron...
Quito, octubre 14 de 1998.
Café Guápulo.
Bebía cebadas celestes
acompañado de guitarras sin cuerdas,
cantaba con los colibríes,
silencios apalabrados...
Bebía cebadas celestes
en páramos y esteros.
Huayras, apus y mariposas eran sus panas,
y un caimán de color violeta.
Bebía cebadas celestes
en umbrales y zaguanes,
sus musas eran las señoritas putas,
y un montón de gays poetastros, su acolite.
Peter Black lo llamábamos los faunos,
los contertulios de sus cebadas celestes.
Bailaba jazz, bomba y rock and roll.
¡Nunca quiso publicar sus poemas!
Que eran instintos de muerte
sus silencios apalabrados,
sus cebadas celestes,
concluyeron los loqueros,
y por eso lo asesinaron...
Quito, octubre 14 de 1998.
Café Guápulo.
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